Sunday, February 04, 2007

“DEMOCRACIA Y LA NORMALIDAD DEMOCRATICA”

La medición del desarrollo de la democracia se determina en función de los avances en el sistema de elección, el acceso a los estamentos de poder, la división de poderes y el respecto al estado de derecho que implica la consolidación del sistema jurídico y la solución institucional a los conflictos sociales, son los indicadores de la fortaleza democrática de una nación.

Sin embargo, el signo de nuestros tiempos es la incapacidad de llegar a concertar acuerdos y crea mayorías para la gobernabilidad.

Al hacer un análisis de las teorías de las elites, como filtro para determinar la normalidad democrática y la democracia en si, huelga adentrarnos en el contexto de ideas y formular el criterio general de la teoría de Mosca y la contrástalas con las Mills: Mosca sostiene el criterio de la súper elite dentro de la elite, mientras que Wrigth Mills, establece la concepción democrática de la teoría, el concebir que las elites están constituidas en todas la estructura social donde se genera posición direccional de influencia en el Estado.

El llamado elitismo democrático asumió como una constante la competencia entre las elites políticas, el hecho de que esas deben rendir cuentas periódicamente ante los electores y que son accesibles de distintas maneras a las instancias provenientes de la base.

Dentro de esta formulación se plantea la idea de que al contrario con la idea de Marx, las elites no están constituida exclusivamente por los sectores que controlan la economía, fenómeno que se vislumbro en los albores del capitalismo, época en que Marx formula su tesis, sino que en la actualidad la forma productiva fundamental no es el capital, sino la posesión del conocimiento y la tecnología de la información.

Sobre la hegemonía de las elites, sostenemos que consiste en el hecho de que los miembros de la clase política, por ser pocos y tener interés comunes, están ligados entre si y son solidarios por lo menos en la conservación de las reglas del juego que les permite alternarse en el poder.

“MIRADA LIBRO EL DERRUMBE DE FERERICO GARCÍA GODOY”

1. En su primera parte el autor del Derrumbe, analiza la historia de su libro y luego de hacer una reflexión de la ignominia de la intervención Norteamérica en el país, en 1916, dice: “Todo protectorado o anexión o cosa que tienda al desgaste o mutilación de la soberanía nacional, me es profundamente repulsivo u odioso”.

2. Al estudiar la posición del pueblo dominicano, con relación a la intervención sostiene que “en medio de todos a estos desencantos y amarguras, consuela y regocija la idea de que el pueblo dominicano ni se ha humillado ni se ha envilecido”.


3. A todo lo largo de su obra, levanta las concepciones liberales y sobre todo el pensamiento duartiano, como la principal inspiración inmaculada de la dominicanidad, la visión secular del dominicano; el proyecto de ideario mas exaltado de la nación “una patria libre e independiente de toda potencia extranjera”.

4. No se inscribe en la óptica pesimista del origen étnico dominicano de muchos autores de su época, establece que todos los males de nuestra población se deben a la carencia de educación de nuestro hombres y critica de manera acerba a aquellos que buscan en supuestos orígenes esclavo y español corrupto nuestros males sociales.

5. Al abordar la temática de las reformas políticas y sociales, se hace partidario de la reforma, pero la condiciona a que se debe modificar previamente al hombre a través de la acción educadora, es decir, que la reforma se debe opera en el hombre y luego en las instituciones.

6. Cuando toca nuestra historia se refiere al movimiento independentista, al señalar que “el febrerismo fue solo como una rápida fulguración bienhechora en el alba de nuestra vida nacional” y que las ambiciones, el personalismo y el egoísmo trasnocharon los propósitos trinitarios.

7. Su voz literaria se levanta como duro mallete contra el imperialismo, que como un cáncer se esparce por toda América latina y que “la tan traída y llevada doctrina de Monroe es a mi juicio el punto básico de iniciación del actual imperialismo yanqui.”

8. Tras la muerte del Presidente Ramón Cáceres, al cual cataloga en el sentido de que se revelaba en sus principales actos ostensibles tendencias organizadoras y bien acentuados propósitos de mejoramiento general y que los Victorias reunían. Llora con lágrimas patrias los oprobios de la intervención americana y recrea con alegría y jubilo el fin de esta agresora presencia, ennegrecedora de la enseña tricolor enhestada por Duarte y los trinitarios.